Proyectos de Investigación

Entretelas de una enfermera ante el COVID en el barrio Bilbao

por Javier Montero Cirilo

 

Esta entrevista tuvo lugar tal el 17 de noviembre de 2020 a María Elena Cirilo Moran (Madrid, 1965), enfermera de un centro de salud de atención primaria de la Comunidad de Madrid desde hace más de 14 años. Aunque la entrevistada no lo específica durante el reportaje, trabaja en la Zona Básica de Salud Gandhi y es residente en el mismo Barrio Bilbao –distrito de Ciudad Lineal de Madrid–. El entrevistador, su hijo, considera que se trata de una fuente interesante que conoce de primera mano el duro trabajo de los sanitarios, así como la realidad social durante este periodo pandémico en el barrio donde vive y desarrolla su trabajo. Hemos conversado distendidamente con ella en su domicilio acerca de su experiencia personal y profesional desde que el COVID-19 se instaló en nuestras vidas. Asimismo, nos expondrá su visión particular ante cómo socialmente Madrid o su barrio han cambiado en estos 8 meses.

 

¿Qué has aprendido sobre ti misma durante esta pandemia?

Pues. Ya soy una profesional que llevo muchos años realizando mi trabajo como enfermera. Y bueno, pues nunca pensé que iba a vivir una situación como la que estoy viviendo, estamos viviendo todos. Llevo 32 años ejerciendo mi actividad y bueno pues, complicada, muy complicada. Difícil de digerir e intentando hacer mi trabajo lo mejor posible. Intentando aprender, informarme para dar intentar buena información y realizar mi trabajo con la mayor responsabilidad y mayor rigor científico que pueda tener de cara a mi población y a mi familia.

¿Y en qué proporción consideras que la población de tu zona básica de salud ha sentido soledad, indefensión o abandono?

Pues creo que, pues que … en un porcentaje bastante elevado. No sabría precisar. La gente… Hay población anciana que viven solos y no tienen familiares cercanos, que seguro se han sentido solos, indefensos. Y bueno… también la población. Aunque ante las adversidades también se une, y esto hace que al estar más unidos pues también la población se sienta acompañada. O sea, yo creo que, bueno, nunca se puede generalizar ni sabría marcar un porcentaje.

La resistencia mental en este tipo de casos es fundamental, ¿tuviste la sensación que en algún momento llegaste a tu tope?

Si, por supuesto. Sí. Por supuesto. Había días que llegaba del trabajo, y llegaba totalmente cansada, desmadejada, agobiada y horrorizada. Y bueno pues, es un día a día, se sigue. Y es un día, suma a otro día, y otro día, y otro día, y otro día. Pero, sí. Sí. Hubo días bastante malos al principio de la pandemia. Sí.

¿En qué ves que ha cambiado Madrid tras el confinamiento?

Pues bueno. Yo quiero ser positiva y creo que la gente, la gran mayoría, la gente … ha cambiado sus hábitos. O eso es lo que me gustaría. Que las pautas que nos marcan los profesionales pues, intentemos seguirlas a rajatabla, ¿no? Sobre todo, de cara a nuestro autocuidado, ¿no? Si tú te “autocuidas”, pues cuidas a la persona que está a tu lado. Yo creo que bueno, que el uso de las mascarillas, intentar estar poca gente, intentar evitar espacios cerrados, estar … tener poco contacto; lavarse las manos es súperfundamental, una de las primeras cosas que aprendimos. Yo creo que sí, vamos.

¿Cuáles son los ánimos que percibes en la gente de Madrid en general?

Pues de todo. Y por días. Hay gente pues bueno, que piensa que … pues eso, que es el día a día, que vamos a ir poco a poco. Escalando la montaña para llegar a la cima y vencer este tema, entre todos. Y luego hay días, pues que, estás más pesimista, más negativo, y no les ves llegar el fin. Yo creo que todo influye y las personas ya teníamos días más animados y menos animados.

¿Has apreciado nuevos lazos de solidaridad vecinal en el barrio?

Yo creo que sí. Que la gente ante las adversidades… Yo creo que en alguna pregunta anterior lo he puntualizado. La gente pues… intenta unirse. Hay de todo. Es que es muy difícil. Hay las dos versiones. Yo creo que sí, que la gente en general intenta ayudar. Ha habido personas que estaban confinadas en casa y que no tenían más familiar, y siempre intentaba tirar de algún vecino o de pues, de algún amigo. O de algún vecino, algún amigo o algo para que les cubriera sus necesidades básicas de por lo menos, de hacer una pequeña compra y dejarla en la puerta de su casa. Ir a la farmacia para llevarle sus medicinas, o los farmacéuticos. Yo creo que sí, que ha habido ahí un poco de solidaridad por parte de todos los colectivos.

¿La pandemia ha afectado en algo a su relación con sus vecinos?

Bueno. Yo creo que la gente se da cuenta de lo duro que es este tema y bueno, también los vecinos. He sentido mucho apoyo por la gente que cuando realizas, vas a hacer un aviso a un domicilio y te ven vestida de enfermera con mascarilla, gafas, gorro, guantes, bata. La gente, aunque no te conozca te anima por la calle, te anima a seguir y te dice que: ¡gracias! Y cuando íbamos pues la gente te aplaudía. No solo los aplausos; sino una pequeña sonrisa te hace pensar que la gente te anima.

Por último y para concluir ¿Sigue frecuentando los mismos lugares que antes de la pandemia: el restaurante, el bar, la peluquería, etc.?

Sí. Pero en mucha menor proporción. Intento cuando voy al supermercado a comprar, pues, si antes iba, no sé, una vez a la semana, pues ahora procuro intentar hacer una compra que sea para 15 días y así voy menos. A la peluquería, bueno pues, intento ir, aunque lo voy distanciándolo un poco. [Risas] Y al restaurante pues voy bastante menos, por decir poco. Alguna vez en un espacio abierto, pues sí. Me he tomado una Coca-Cola con mi familia. Pero voy bastante menos. Frecuento poco los espacios cerrados.