El lado histórico de la pandemia
por Andrea Herrera Esteban
Entrevistamos hoy día 18 de noviembre del 2020 a Luis Palacios Buñuelos de 76 años nacido en Burgos residente de la urbanización de Monte Príncipe en Boadilla del Monte. Es Catedrático en Historia Contemporánea y director del Instituto de Humanidades de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y autor de más de 60 libros sobre la historia de España. Sus investigaciones se centran en el Franquismo, la España Actual, la Andalucía contemporánea, las Humanidades y la cultura.
La elección del entrevistado se ha basado principalmente por su carrera profesional como historiador y como escritor de manuales de historia, su carrera humanística, y su faceta como profesor de universidad y defensor de las humanidades; buscando la comparativa con la gripe de 1918 y con las situaciones de postguerra vividas en Madrid con anterioridad, llegando a una conclusión de mayor empatía y un mayor interés por los acontecimientos históricos que pueden tener alguna relación con lo sucedido este 2020. Su visión de la educación online y de cómo lo está viviendo él en primera persona como profesor en una universidad pública de la ciudad de Madrid con una amplia positividad ante ello; y por otro lado, el apunte sobre las nuevas situaciones que se están viviendo por la pandemia a nivel lingüístico y de cómo afecta la falta de humanismo en la sociedad y llamando a una mejor de este aspecto, citando “que nos ha dado tiempo para reflexionar y para pensar en nuestras vidas y valorar aquello que tenemos cerca, que es la familia, que somos los amigos, las relaciones humanas, que es atender a la persona que tienes cerca, antes que a nadie a la persona que tienes cerca; porque son las relaciones humanas importantes y no el pasar la vida con estas prisas, estas obsesiones, que esto es especialmente visible en Madrid, Madrid es una ciudad de locura”, siendo este humanismo clave en su entrevista, la revalorización de la propia vida.
¿Cómo ha experimentado Madrid durante los últimos meses?
Buenas tardes, Andrea, bueno Madrid como toda España, como todo el país vamos ha sufrido las consecuencias de algo que desconocíamos que es una pandemia; ¿cómo se hace ver esa pandemia en Madrid? Bueno, se hace ver según las fases; en una primera, recuérdate, pues fue de aislamiento y de sorpresa, de sorpresa tremenda; en Madrid no sabíamos de qué iba todo esto y eso creó entre los españoles, entre los madrileños, en mi caso un total desconcierto, los contagios, las muertes, la soledad de los entierros que vimos a través de la televisión nos acongojaron; es decir, es como si de repente todas nuestras seguridades, todas nuestras estabilidades como país, como ciudad, como todo, se derrumbara un poquito, esta es la sensación que tenemos en Madrid. Esto andando en el tiempo ha evolucionado, seguimos estando viviendo el COVID- 19, por lo tanto, esto no ha terminado, pero sí que hay aspectos ya que se han incorporado como consecuencia de ese COVID; por ejemplo, el propio lenguaje, confinamiento es una palabra que no se utilizaba y que con el caso en español tiene sentido, tiene connotaciones de castigo político, se confinaba a aquellos que no actuaban correctamente, pero bueno, la palabra confinamiento ha pasado a tener un sentido y un matiz de prevención, incluso benéfico; esto influye en la vida de los madrileños también, e igualmente otras palabras, es muy significativo, porque esas palabras de nuevo aparecen como importantes, teletrabajo es una palabra que se han incorporado también a nuestro vocabulario, aunque, ciertamente, no es una palabra nueva se utilizó ya, yo recuerdo perfectamente, en la crisis aquella del petróleo del año 74, pero ahora se ha incorporado por completo, ¿no?, como algo propio de nuestra vida, como algo importante en nuestra vida; por ello vemos que el Covid o la pandemia vírica es importante, afecta a toda nuestra vida; insisto esa vida sobre todo de las inseguridades, no sé si recuerdas, porque era muy significativo en la televisión, por ejemplo, como pocos meses después que se decreta la ley de alarma, es un concepto, completamente nuevo, que podríamos hablar de ello despacio, ¿no?, con muchas connotaciones políticas, en fin, pero bueno, cuando el 14 de Marzo, creo recordar, se decreta la ley de alarma, ve que ocurría en Madrid, yo recuerdo, por ejemplo, ver por la televisión la misa del Cardenal de Madrid, el cardenal solo, oficiando totalmente en solitario en la Almudena, terrible, recuerdo tú que estabas en Italia, el Gran Andrea Boccelli cantando en el Duomo de Milán sin que nadie pudiera oír in situ aquel magnifico concierto por la esperanza.
Madrid tiene miedo, es este el final de la respuesta, Madrid vive con temor, vive con cierta esperanza en lo lejano que hay solución y le crea una enorme inquietud, sería el resumen de todo ello.
Y, para terminar, usted como historiador ahora mismo se está hablando como de una época o de una era antes del Covid y después del Covid, ¿cree que la gripe española supuso un antes y un después en la historia de España? Eso es una pregunta y la segunda sería si cree que ahora mismo el Covid va a suponer un antes y un después en la historia de España y que si sufrirá Madrid como capital ante esta pandemia.
Bueno, vamos a ver, si echamos mano de la historia en 1918 hay que decir lo siguiente, yo cuando todo esto empezó recuerdo que hablando con colegas y amigos y fuimos viendo lo que era el Covid, lo que era una pandemia vírica y nos dimos cuenta de que una pandemia vírica, la hemos asumido como historia de mi vida propia y sabemos lo que es, es decir, cuando hablaremos de la pandemia hablaremos de conciencia de causa porque la hemos sufrido, lo hemos entendido ahora, es decir, hasta ahora no hemos entendido lo que era la gripe del 18 en absoluto, vamos, la estudiábamos y escribíamos, yo había escrito sobre ello en algún libro mío de historia universal y pasábamos por ella en nada, en tres minutos; cuando es un episodio que marca efectivamente a los pueblos.
¿Vamos a valorar más los espacios naturales que tenemos en Madrid?
Los estamos valorando más eh, tal vez, no lo sé, tal vez porque no se puede ir a otras partes dadas las normas que hay ¿no?, por ejemplo, el fin de semana, no hoy (miércoles) que no había apenas gente, pero vamos el fin de semana en el Monte que no suele haber apenas casi nadie, el otro día había muchísima gente vamos, había overbooking, una cosa tremenda, bueno pues la gente lo valorará; ahora hay que romper lo que ahora dice la gente de: “bueno que vienen los reyes, los regalos”, bueno pues si es bueno que rompamos con esta especie de obsesión que teníamos, que a estas alturas comenzaban las necesarias comidas con amigos, con amigas, con colegas … por una obsesión con el consumismo, una especie de obsesión por los regalitos, regalitos absurdos, estúpidos haciendo de la vida algo que no es; la vida es muy sencillo, lo que es hay que vivirla con plenitud porque es muy bello y no necesita estos complementos que no hacen más que condicionar nuestras vidas, que son fruto de ese consumismo voraz, que es una cosa horrible; el que pueda terminarse con esas colas que veíamos en Madrid en el Museo del Prado, en el ayuntamiento, de turistas, de esas colas de turismo masivo, espantosísimo, que se carga todo: los monumentos y que apenas le interesa lo que ve; hay señor delante diciendo: “aquí Cibeles, aquí no sé qué …” el señor de turno hace una foto, porque hace muchas fotos; que el ser humano recupere un poco el mando de su vida vamos, de forma crítica diciendo: esto me interesa, esto no me interesa, no me vuelvo a dejar llevar por unas monas estúpidas, por un consumismo sin fin que no tiene freno porque así no vamos a ninguna parte ¿no?. Yo a tiro personal estoy seguro de que mucha gente está de acuerdo, a mí me parece bien, allá cada cual, lo respeto, pero a título personal creo que podría ser probablemente estupendo, que nos ha dado tiempo para reflexionar y para pensar en nuestras vidas y valorar aquello que tenemos cerca que es la familia, que somos los amigos, las relaciones humanas, que es atender a la persona que tienes cerca, antes que a nadie a la persona que tienes cerca; porque son las relaciones humanas importantes y no el pasar la vida con estas prisas, estas obsesiones, que esto es especialmente visible en Madrid, Madrid es una ciudad de locura ¿no? Con las colas, las prisas y los coches, es una cosa verdaderamente tremenda, una vez que vives en Madrid lo aceptas porque no hay otra, pero cuando vienes de otras partes realmente suponen un choque brutal, porque es una especie de locura, pero que luego termina gustando a la gente, es la atracción, como se decía antaño, “la atracción del neón”, esas luces que están en la ciudad todo el día.
Esperemos que el Covid, que es algo terrible, y muy trágico y de consecuencias funestas, al menos obligue a reflexionar.