Don Quijote en Azul 11. El Caballero de los leones
Don Quijote en Azul 11
Relatorías seleccionadas de las I Jornadas Educativas Cervantinas celebradas en Azul en 2019
Editoras: Adriana Abadie, Estela Cerone y Paula Tártara
Azul, 2020
Portal de las I Jornadas Educativas Cervantinas en Azul
El Caballero de los leones. Un proyecto interdisciplinar de articulación entre Jardín N° 906 y E.P.N° 1
Silvina Gennuso, Verónica Lizarraga, Natalia Amaya, Estrella González, Laura Castiglione, María Paz Cuattrocchio, Barrionuevo Guadalupe, Martín Cerrudo
Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?
Elegimos esta cita del Ingenioso Hidalgo como punto de partica porque, de algún modo, sentimos que nos identifica.
Creemos que así fue.
Docentes del Jardín N° 906 y de la Escuela primaria N°1, tomamos la senda angosta y difícil de construir un proyecto que uniera las dos comunidades educativas. Había un mandato de interistitucionalidad a los fines de que los niños del Nivel Inicial, sus familias, eligieran esa escuela primaria a la hora de pensar en la nueva etapa educativa. La tarea de articulación conlleva el conocimiento de las instituciones implicadas, tanto por parte de los niños como de sus familias. Orientar en las salas de 5 años para que, a la hora de elegir la continuidad de la escolaridad, contaran con esta opción con mucha fuerza.
Así, con el equipo de apoyo de las instituciones, nos dimos a la consolidación del grupo, tarea que se iría dando en la acción concreta.
Construir espacios de intercambio entre los dos niveles, para considerar los efectos que producen en los niños el pasaje de uno a otro. Diseñar las trayectorias educativas de los niños y niñas. El proyecto reunió a las salas de 5 años de los turnos mañana y tarde y los dos primeros años de la escuela primaria.
Trabajando contenidos propios de cada currículum, debíamos elaborar un proyecto que nos entusiasmara, donde también pudiéramos sumar a los alumnos de los institutos superiores que desarrollaban sus prácticas docentes con nuestros niños.
Para empezar a pensar, recuperamos los antecedentes: En el año 2018, en el marco del proyecto de articulación, las docentes nos sentimos atrapadas por la historia de personajes que pertenecen a la cultura de nuestra ciudad.
Comenzamos el sendero de los descubrimientos en la visita a la Plaza del Quijote y así identificamos a don Quijote de La Mancha, su caballo Rocinante, Sancho Panza y su rucio, a Dulcinea del Toboso y al galgo corredor.
Al transitar nuestra senda, hermanados por esta historia tan alucinante pudimos compartir distintas actividades y experiencias.
Trabajamos para participar en el desfile que cada año se realiza como cierre del Festival Cervantino. Así concretamos una exposición, que consistió en la elaboración grupal de un panel para lo cual utilizamos la técnica del collage. En él se plasmaron los pasos de estos entrañables personajes descubiertos en nuestras recorridas y que retomáramos luego en las salas y en las aulas. Este fue un gran panel viajero que recorrió las dos instituciones y que dio el cierre a esta primera etapa.
Cuando ese año nos sumamos al desfile inaugural del Festival, quedamos entusiasmadas con la experiencia vivida: con el despliegue de color y creatividad que nos alucinó. Ver la conjunción de alumnos, docenes y padres nos llenó de alegría y motivación.
En el aula seguíamos con el ímpetu creativo manteniendo la clara decisión de que el 2019 nos encontraría mejor posicionados.
Nos metimos en la lectura del Quijote y desde los distintos lenguajes artísticos producimos algo que, desde un principio, supimos que sería maravilloso.
Tuvimos que investigar mucho.
Corría el año 2019 cuando desde Jefatura Distrital nos llegó una convocatoria a participar en capacitaciones sobre la temática del Caballero de la triste figura.
En esas jornadas surge la consigna de abocarnos a la segunda parte del Quijote.
¿Cómo llegar a conocer esta segunda parte?
Hacerlo solas no llenaba de temor y fue así que no dudamos en buscar colaboración. De pronto se nos presentó como un desafío y sentíamos un poco de desazón ante lo desconocido. No había opción: nos pusimos, una vez más a estudiar.
Aceptamos la propuesta de asesoramiento que en las jornadas de capacitación habilitaron las profesoras Estela Cerone y Adriana Abadie del equipo capacitador de la Asociación Civil Azul Ciudad Cervantina y las invitamos a una reunión del equipo interinstitucional.
Tomar contacto con relatos, historias y material bibliográfico nos hizo empezar a entusiasmar más con motivos que no conocíamos de la obra.
En esta sucesión de charlas y encuentros descubrimos la secuencia de los leones, que sin dudas fue la que consideramos más atractiva.
A partir de la lectura del capítulo XVII (adaptado por Sol Durini y Federico Jeanmarie) salimos a buscar material con el que empezar a diseñar nuestras actividades, a desarrollar nuestros contenidos de aprendizajes.
Crearíamos un mural.
Entendíamos que los contenidos a abordar serían:
- explorar los elementos del lenguaje y su organización en la producción plástica y otros lenguajes artísticos utilizando distintos elementos;
- iniciarse en el conocimiento y la valoración de los festejos y los acontecimientos significativos para las familias y la comunidad de Azul;
- plantearse y sostener un propósito para la escritura, y seguir la lectura de quién lee en voz alta por parte de los niños/as
Pero lo que más nos importaba era disfrutar de una obra que nos haría reír y pensar, para luego crear nuestra producción. Para ello utilizamos la tecnología de la información y la comunicación con el fin de hacer un rastreo de datos para que pedagógicamente fuera acorde a la edad de los niños.
También planificamos salidas.
Así iniciamos nuestro camino hacia la Casa Ronco, donde pudimos interiorizarnos más sobre la inmensa colección de El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha que reunió don Bartolomé Ronco.
El aprendizaje avanzaba. Era una experiencia nueva para nosotras, para los niños y también para los padres. Todos nos apropiamos de un tesoro emblemático para Azul, en cuanto a patrimonio cultural.
Conocer la Colección Ronco fue una ventana a la obra y a partir de esto el entusiasmo creció sin retorno.
El convencimiento de que los leones y la escena del yelmo con los requesones era la indicada, tuvo consenso en toda la comunidad educativa.
A esto le sumamos el hallazgo en Youtube de un video realizado en La Mancha (España), “Don Quijote y los leones”. Allí disfrutamos de una dramatización sobre este capítulo. Fue muy esclarecedor, lo compartimos con los niños y seguimos avanzando.
Jugar con los requesones cayendo por la cara de don Quijote dio lugar a juegos dramáticos que se repetían una y otra vez a pedido de los niños. Esta versión, que incorpora otras situaciones y personajes, nos dio pie para crear nosotros también y ficcionalizar estas escenas.
Nos detuvimos en las características de los personajes: La elucubración del Quijote sobre su enamorada, quedando claro que esta solo existía en su cabeza y, el compañerismo de Sancho Panza en sus salidas caballerescas.
Para llevar adelante esto, incorporamos a los padres y los convertimos en actores.
Había que llegar al producto final fijado: la elaboración de un mural.
Nos ayudaron profesores y alumnos de la Escuela de Bellas Artes que se interiorizaron de temas y personajes, narramos la historia y surgieron nuevos lectores de la obra.
Nos dimos a la realización de imágenes, caballos, leones, aldeanos, corazones, jaulas, que fueron el boceto de este mural. Con nuestras creaciones, docentes y alumnos practicantes realizaron el boceto del mural, a mano alzada en base a lo producido por los niños de ambas instituciones.
Pero nos faltaba el dónde emplazar el mural.
Padres y docentes recorrimos el barrio en busca del sitio adecuado: había que encontrar una pared que estuviera en el camino de las dos instituciones.
Vimos una ochava, muy deteriorada, en un terreno que parecía baldío, con una casa aparentemente abandonada. Pero alguien vivía en ese sitio. Logramos dar con ella y conversamos, le contamos el proyecto y nos dio la autorización.
Otra alegría, comunicar al equipo de trabajo que contábamos con el sitio, y que era un paredón maravilloso. Nada menos que una amplia esquina.
Para restaurar la pared los padres se pusieron manos a la obra y en poco tiempo ya lo tuvimos listo.
Así empezamos a pintar con mucha alegría sobre el boceto que habían realizado los alumnos de bellas artes aplicando las figuras de los niños. Queremos reflejar en este relato la emoción de los mismos, cuando al llegar veían sus dibujos en la pared: “Este lo hice yo, seño”, eso nos llenó de emoción.
El barrio se vio modificado por la obra. Los vecinos, ante el despliegue de niños, padres, maestros, pinceles, colores, se acercaban a preguntar qué estábamos haciendo. Y, mientras nos preparábamos para la inauguración, los niños le contaban a los vecinos sobre la historia de “El caballero de los leones”, y también compartimos lo que significa “requesón” o que un sinónimo de burro es rucio.
Llegamos al final de un proyecto con la alegría del objetivo cumplido. Con la enorme satisfacción de lo que nos pasó a nosotras como docentes en este proyecto, puede multiplicarse.
La inauguración fue una fiesta de todo el barrio, no solo de las dos instituciones, Desde las autoridades municipales, las educativas, integrantes de instituciones cervantinas, la banda de música del ejército, la dueña de la casa, los alumnos y autoridades de la escuela de Bellas Artes, todos, y nuestros alumnos descubriendo esa obra que nos había llevado más de seis meses de trabajo,
Hoy, viendo el objetivo cumplido, venimos a compartir la felicidad de lo realizado, de haber crecido como comunidad, trayendo también la voz de nuestros alumnos. Relatarles, del mismo modo, el proceso que se dio en nosotras, sentir que luego de transcurrirlo, hoy, somos otras. Como docentes hemos crecido con este proyecto.
A todos los que nos dieron una mano en el camino, muchas gracias.