¿Cómo evitar el plagio en los trabajos de los estudiantes?
Publicado en 2013 en mi antiguo blog sobre docencia universitaria.
A simple vista, parecería que lo raro es no copiar. En los últimos meses hemos tenido una epidemia de escándalos de políticos (dos ministros en Alemania, el presidente de Hungría, el primer ministro en Rumanía...) que al parecer plagiaron partes sustanciales de sus tesis doctorales. Incluso en una universidad tan prestigiosa como la LSE, el hijo del dictador libio Gaddafi (quien realizó además una generosa donación al centro) consiguió doctorarse con una tesis de la que resultó no ser el único autor.
Esta "cultura del fraude" no es, por supuesto, algo exclusivo de la universidad: la política en general y otros ámbitos (como el deporte) ofrecen ejemplos suficientes. Pero en el caso que nos interesa, los trabajos de nuestros estudiantes, quizás sería más justo distinguir otras posibles causas:
- La ambigüedad del término "plagio". Cualquier alumno sabe perfectamente que descargar un trabajo entero de Internet y entregarlo con su nombre es engañar. Pero ¿son conscientes de que todo lo que copien literalmente debe ir entre comillas y con su cita correspondiente, aunque sólo sea una breve frase? Y más aún, ¿saben que las meras ideas o argumentos tomados de otros autores, aunque los escriban con sus propias palabras, también deben citar la fuente?
- La falta de indicaciones claras. ¿Dedicamos tiempo a explicarles, desde 1º de carrera, las normas tanto formales (estilos de citar, etc.) como éticas de la investigación? ¿Les avisamos expresamente de que si copian texto de otras fuentes sin citarlo su nota se verá afectada? En algunas universidades se incluye una advertencia sobre esto en el programa de cada asignatura.
- Las dificultades en la búsqueda de información. Hay casos en los que simplemente el alumno no sabe cómo encontrar fuentes especializadas (por ejemplo, consultando bases de datos bibliográficas), y por eso tiende a calcar en su trabajo lo poco que ha encontrado usando métodos más accesibles (Google, Wikipedia). Tener acceso a materiales de mayor calidad le permitiría formarse una opinión propia y argumentarla por escrito.
- El planteamiento del trabajo por parte del profesor. Aunque la responsabilidad del plagio es de quien lo comete, también es cierto que nuestras demandas pueden tanto incentivar como disuadir a los alumnos de copiar información ajena. Por ejemplo, los trabajos puramente descriptivos ("escríbeme 15 págs. sobre este tema") llevan con gran probabilidad a que se copie lo primero que se encuentre en Internet, o como mucho en algún libro.
En mi experiencia, los estudiantes que cometen plagio lo hacen por razones tan variadas como las anteriores. Por eso soy algo escéptico ante el uso de software de análisis de textos: es útil para detectar el fraude una vez cometido (como ocurrió con las tesis de los ministros alemanes), pero no nos dice mucho de cómo prevenirlo tratando las causas. Además, todo sea dicho, la mayoría de casos de plagio en un trabajo de Grado se pueden reconocer a simple vista sin ninguna dificultad.
Mi estrategia para prevenir el fraude es, ante todo, (a) informar claramente al alumno sobre qué se considera plagio y sus consecuencias, y (b) emplear pruebas de evaluación, tanto trabajos como exámenes, que favorezcan el análisis en lugar de la mera repetición de información. Por ejemplo, los ejercicios comparativos ("¿cuáles son los puntos de desacuerdo entre estas dos teorías?") o de valoración crítica ("¿qué fortalezas y debilidades tuvo la política de...?") obligan al estudiante a relacionar con su propio pensamiento la información que encuentra por separado. ¿Qué pensáis vosotros?