XXX Aniversario IUDC-UCM
8 NOV 2022 - 11:40 CET
3 de noviembre de 2022, por Pablo González López.
Este 2022 el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación cumple 30 años desde su fundación. Con motivo de la celebración de este aniversario, el pasado jueves 3 de noviembre nos reunimos en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla para poner en valor el trabajo realizado durante estas tres décadas y reafirmar la voluntad del Instituto para persistir en sus compromisos en materia de investigación, consultoría y formación. Como muestra de ello, el evento contó con la participación de diferentes expertos y expertas en el tercer sector y con la ponencia del profesor Ugo Bardi, químico y divulgador científico italiano cuyo último libro, “Antes del colapso. Una guía para el otro lado del crecimiento.”, ha sido traducido al español y publicado por el IUDC en colaboración con la editorial Catarata.
Tal y como dijo José Ángel Sotillo, Director del IUDC hasta febrero de 2021, el centro nació en “el año mágico de 1992”. Fue este, en efecto, un año cargado de simbolismo para España, en el que se sucedieron los eventos de los Juegos Olímpicos de Barcelona y de la Expo Universal de Sevilla y se consolidó, en definitiva, la imagen de un país moderno, democrático y plenamente inserto en el marco europeo. La fundación del IUDC fue sin duda una muestra más del sentir general de la sociedad española en esta etapa de cambio, en la que no faltaban el interés por la cooperación internacional ni la ambición para constituir centros especializados, pioneros y de referencia a nivel nacional y europeo. Eso sí, este escenario social especialmente propicio para el Instituto difícilmente podría haberse mantenido intacto en estos 30 años de historia, y Sotillo recordó cómo hace unos años el centro estuvo a punto de desaparecer. Sin embargo, ese momento de dificultad finalmente terminó con una valoración positiva de la actividad del Instituto que, según dijo algo más tarde el actual Director del IUDC, Esteban Sánchez Moreno, no fue sino una confirmación de algo que él ya sabía: que el centro ha sabido adaptarse a los cambios de la sociedad española y continúa haciendo el trabajo que debe hacer y, sobre todo, haciéndolo bien, pues para ello cuenta “con el mejor equipo posible” y forma parte “de la mejor universidad posible”. El IUDC, prosiguió, es reflejo de la diversidad de la Universidad Complutense de Madrid tanto en su composición (con un equipo formado por personas provenientes de muy diversas facultades, desde Ciencias Políticas y Sociología hasta Ciencias Biológicas) como en sus líneas de investigación (entre las que encontramos la cooperación sur-sur, los estudios de género, LGBT…), y por ello mismo puede confiar, y así lo constataron los y las ponentes, en contar con un futuro ilusionante dentro de esta universidad con la que comparte intereses y una misma visión de diversidad y justicia.
Recogiendo estas palabras, María Esther del Campo, actual decana de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, quiso destacar también la importancia de la Revista Española de Desarrollo y Cooperación, publicada por el IUDC semestralmente desde 1997 y ahora incluida en el catálogo de la UCM, y del Máster en Cooperación Internacional, que tras 37 años de existencia continúa siendo una piedra angular en el ámbito de la cooperación española. Por su parte, Laura Oroz Ulibarri, Directora de Cooperación con América Latina y el Caribe de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), aprovechó la ocasión para reconocer la cercana relación entre uno y otro centro, y dar las gracias por la “excelente disposición para trabajar con el AECID” que siempre ha mostrado el IUDC. Finalmente, Rosa María de la Fuente Fernández, actual Vicerrectora de Estudiantes en la UCM y profesora adscrita al IUDC durante muchos años, dio las gracias nuevamente al centro por su labor y por los servicios que facilita a la universidad y quiso hacer notar que todo esto ha sido posible durante 30 años sólo gracias a los esfuerzos personales de todo su equipo, en el que, resaltó, se pueden encontrar a muchas mujeres muy destacadas. El Instituto, concluyó, tiene la capacidad de reinventarse una y otra vez y, dadas las manifiestas capacidades y disposiciones de su equipo, puede esperarse que continuará realizando sus labores, al menos, durante otros 30 años.
Tras estas intervenciones se dio comienzo a la ponencia central a cargo de Ugo Bardi, en la que trató, como viene haciendo en los últimos años, del cambio climático, el agotamiento de recursos, los colapsos y los límites del crecimiento. Partió, de hecho, retomando el famoso informe publicado en 1972 bajo ese título, “Los límites del crecimiento”. Mucha gente consideró que este trabajo era una predicción, y no una predicción cualquiera sino, más concretamente, una condena. Pero en realidad, según Bardi, es más adecuado pensar en “Los límites del crecimiento” como un modelo, usado para cuantificar fenómenos complejos. Este modelo tenía una característica fundamental, que es la que Bardi bautizó con el nombre de “efecto Séneca” y que consiste en el hecho de que muchos aspectos tanto de la naturaleza como de la sociedad tienden a crearse y consolidarse de manera lenta, pero a derrumbarse rápidamente. Un ejemplo de esta dinámica habitual que podemos ver aún en directo es la caída de “Meta”, la empresa multimillonaria sucesora de “Facebook”. Según vimos en un gráfico que mostró Bardi, esta empresa acumuló un inmenso valor durante décadas pero ahora, en los últimos años, no está parando de perderlo. El químico italiano argumentó que, sin duda, Zuckerberg (dueño de Meta) nunca quiso que las cosas fueran en esta dirección, pero el problema es que carecía de sistemas de gobierno efectivos con los que poder llegar a hacer algo para parar la caída. Desgraciadamente, esto mismo podría decirse del cambio climático. Aunque los y las miembros del Club de Roma, equipo de trabajo detrás de Los límites del crecimiento, plantearan sus proyecciones sólo bajo la asunción de que no se actuara sobre las tendencias observadas de ninguna forma, lo cierto es que, efectivamente, al menos durante las décadas siguientes a la publicación del informe, no existían instituciones capaces de ello. Intentar frenar el consumo y el crecimiento económico era, según la metáfora que nos ofreció Bardi, como tratar de hacer que se mueva un elefante que no tiene ninguna voluntad de hacerlo. El florentino se mostró por tanto algo pesimista respecto al futuro del planeta, pero a pesar de ello concluyó ofreciendo una revisión algo más esperanzadora de un concepto ya promovido anteriormente por Donella Meadows, directora de Los límites del crecimiento, que podría ayudarnos a lidiar con el problema. Este concepto es el de “leverage points” (o “puntos de apalancamiento”), con el que se quiere hacer referencia a determinados “lugares de un sistema complejo donde un pequeño movimiento de una cosa puede producir grandes cambios en el todo”. Volviendo a la metáfora del elefante, Bardi explicó que la mejor forma de moverlo no es en realidad tratando de forzarle a ello, sino motivándole usando uno de estos leverage points, como sería, por ejemplo, ofrecerle un cacahuete para que se levante. Necesitamos, por tanto, introducir estos elementos que puedan motivar al sistema a moverse en la dirección deseada. Para Bardi, un claro ejemplo de estas posibles palancas hacia una sociedad sostenible serían las energías renovables, que en los últimos años han logrado ya superar a las no renovables en una producción de más energía por un menor precio, y así se han erigido como una potencial motivación tan “apetecible” para nuestra sociedad como lo sería un cacahuete para el elefante.
Es posible, en definitiva, pensar en el futuro al mismo tiempo de forma realista y manteniendo algunas esperanzas, aunque ello requiere de importantes esfuerzos y, sobre todo, de conocimientos especializados que aseguren que estos esfuerzos no resulten vanos o sin dirección. Podemos concluir entonces, tras escuchar a Bardi, que el trabajo realizado en el IUDC, centro que ha avanzado precisamente en esta dirección desde hace ya tres décadas y que está acostumbrado a transitar profundos cambios con éxito y a trabajar con muy diversos sectores sociales, mantiene y mantendrá su relevancia por muchos años más.