29 NOV 2023 - 09:23 CET

Por Paula García González

Hoy día 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. La conmemoración de este año 2023 está marcada por los hechos recientes que han vuelto a intensificar la grave situación de vulnerabilidad que soporta históricamente la población palestina. Tras las acciones terroristas perpetradas por el grupo Hamás el pasado 7 de octubre, la reacción del gobierno israelí inició un nuevo periodo de masacre indiscriminada que está agravando las condiciones infrahumanas en las que viven los atrapados en Gaza. En un ataque sorpresa, Hamás inició una ofensiva múltiple, con cohetes desde la Franja de Gaza, ataques de milicianos a una veintena de comunidades y el asalto a un festival de música, disparando contra civiles y apresando a 239 rehenes civiles y soldados. Culminó con una cifra de más de 1.400 asesinatos y la declaración del Primer Ministro Netanyahu, que afirmó “esto no es una operación, no es un asalto, es una guerra”. Israel reaccionó a través de ataques aéreos y un asedio total en Gaza que ha provocado que más de 15.000 personas hayan fallecido en la franja de Gaza desde el 7 de octubre, de las cuales aproximadamente el 40% son niños y niñas.

Si bien la situación actual nos insta a denunciar las violaciones a los Derechos Humanos soportadas por la población civil palestina en las últimas semanas, en el día de hoy cabe recordar la razón por la cual Naciones Unidas decidió el nombramiento del día 29 de noviembre como Día Internacional en el que se centre la atención en la cuestión no resuelta de Palestina.

En tal día en 1947, la Asamblea General aprobó la importante Resolución 181 (“Resolución de la partición”), donde se determina la creación de un Estado judío y un Estado árabe en el territorio histórico de Palestina, con Jerusalén bajo régimen internacional. Tal estipulación solo fue cumplida por una parte, siendo esta la formación de un Estado judío; Israel. En el siguiente año, la guerra de 1948 culminó en la ocupación israelí de gran parte del territorio palestino y el éxodo de aproximadamente la mitad de la población palestina. El Estado de Palestina solo pudo ser nombrado en el exilio (Organización para la Liberación Palestina) y los territorios palestinos se establecieron separadamente (Cisjordania y Gaza). Tras la guerra de 1967, Israel continuó su expansión territorial ilegal, a la luz del Derecho Internacional, ocupando Cisjordania y la Franja de Gaza y provocando un segundo éxodo masivo. Desde entonces, la ocupación militar de Israel en los territorios palestinos impide la formación de un Estado árabe y quebranta los derechos de la población palestina.

En 1974, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el nombramiento del 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino en memoria al no cumplimiento de la Resolución 181 y en apoyo a la población palestina. Asimismo, la Asamblea General se refirió a los derechos inalienables del pueblo palestino a la libre determinación, la independencia nacional, la soberanía y el regreso de los refugiados, “reafirmando que no es posible establecer una paz justa y duradera en el Oriente Medio si no se logra, entre otras cosas, una solución justa del problema de Palestina sobre la base de la realización de los derechos inalienables del pueblo palestino[1]”. Tal declaración de la Asamblea General actúa como anunciador del desarrollo del conflicto en la región pues, ante la ausencia de una solución justa de la situación, la población palestina lleva años en condiciones de vida que vulneran gravemente los Derechos Humanos.

El bloqueo impuesto a Gaza tras la llegada al poder de Hamás continua vigente desde 2007, creando una “prisión” que ha sido catalogado como “el infierno en la tierra” por el propio Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Con más de dos millones de habitantes, de las cuales más de la mitad son menores de edad y refugiados palestinos, Gaza es uno de los lugares con más densidad de población del planeta. El bloqueo internacional ha derrumbado la economía del territorio, provocando una dependencia total de la asistencia humanitaria hasta el punto de que la ONU nombró Gaza como un lugar inhabitable en 2020. La Agencia de Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) declara que el 58% de la población vive en situación de pobreza extrema, el 80% es dependiente de la ayuda internacional y el 95% de la población no dispone de agua potable[2]. La institución denuncia constantemente que los dos millones de habitantes sobreviven bajo un estándar de vida infrahumano.

A una situación social, de por sí, insostenible se suman las ofensivas recurrentes lanzadas desde el Estado israelí que incrementan el número de víctimas desde hace décadas. Los ataques continuos de Israel en Gaza han provocado la muerte de 6.407 palestinos desde 2008 hasta septiembre de 2023 según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas[3], alcanzándose en 2014 la cifra máxima de víctimas en un año (2.329). La magnitud de lo ocurrido en los últimos meses es indiscutible en tanto que, como se ha indicado al inicio, la cifra de víctimas de dos meses ha duplicado ya el número de víctimas acumulado en 15 años; 15.093 personas palestinas han perdido la vida en Gaza desde que Israel reaccionó al ataque terrorista de Hamás el pasado 7 de octubre, de los cuales 6.150 son niños[4]. Del número total de víctimas, 108 asesinados formaban parte del cuerpo de la ONU, 65 son periodistas, 207 forman parte de cuerpos sanitarios y 127 de cuerpos educativos. Además, 11.700 personas están en situación desaparecida. La situación es igualmente dramática si atendemos a la población refugiada. UNRWA denuncia un nivel muy alto de hacinamiento en los refugios, siendo que el número promedio de desplazados internos por refugio ha superado los 9.000, cuando la capacidad estándar de los refugios es de hasta 2.000 personas[5]. En total más de 1’7 millones de personas han sido desplazadas en toda la franja de Gaza desde que se iniciasen los recientes ataques.

Ante la gravedad de la situación, expertos de la ONU han llamado la atención sobre el grave riesgo de genocidio que existe, afirmando que “la situación en Gaza ha alcanzado un punto de inflexión catastrófico[6]” y advirtiendo de la necesidad de provisión de alimentos, agua, medicamentos, combustible y suministros esenciales. De igual forma, desde distintas instituciones de las Naciones Unidas así como el Secretario General, recuerdan la necesidad de respetar el Derecho Internacional Humanitario, basado en los principios de distinción entre población civil y combatiente, precaución y proporcionalidad. Asimismo, la ley internacional protege de forma especial los servicios e instalaciones humanitarias y médicas y exige su protección, por lo cual los Estados tienen la obligación de garantizar su seguridad aún en situaciones de guerra.

La situación trágica reciente pone de manifiesto la necesidad de encontrar una solución justa a un conflicto que ha provocado décadas de destrucción. Esta necesidad se enmarca dentro del ODS 16: “Paz, justicia e instituciones sólidas” de la Agenda 2030. Los conflictos suponen uno de los principales obstáculos para la consecución del Desarrollo Sostenible, incapaz de promoverse en poblaciones inmersas en guerras. Reducir la violencia global debe ser uno de los compromisos principales de la comunidad internacional para poder asegurar el resto de los objetivos marcados, y encontrar solución a la cuestión de Palestina es uno de los grandes desafíos históricos en esta línea.

Con todo, la conmemoración del Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino ofrece la oportunidad de centrar la atención en el hecho de que la cuestión de Palestina aún continúa sin resolverse, y que las consecuencias de ello son cada vez más trágicas, como actualmente está ocurriendo. Para ello, desde distintas instituciones se han organizado actos con motivo de la conmemoración. El Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino (CEIRPP) organiza una Asamblea extraordinaria en Nueva York como oportunidad para que los Jefes de Estado y de Gobierno expresen su solidaridad con el pueblo palestino, que será retrasmitida en la web de Naciones Unidas. Posteriormente acudirán a la inauguración de la exposición “Palestina: una tierra con un pueblo”[7]. Igualmente, se organizarán reuniones de conmemoración en las sedes de la ONU de Ginebra y Viena Por otro lado, la Casa Árabe ha planificado una programación con varios eventos, incluyendo la presentación del libro "El tiempo de los caballos blancos" de Ibrahim Nasrallah, el concierto - recital "chamæleon", con Farah Chamma, LIEV y Alicia Sánchez, y el cine y coloquio: Proyección del documental "Gaza", de Garry Keane y Andrew McConnell (Irlanda, Palestina. 2019, 92 min.).