Ciclo de conferencias CaixaForum. La Universidad en España ¿Una crisis de legitimidad?
22 OCT 2021 - 12:15 CET
Por María García y Celia Extremo
El pasado 20 de octubre tuvo lugar la conferencia “La Universidad en España: ¿una crisis de legitimidad?”. Dicha conferencia es la tercera del ciclo de debates “La vida en crisis. Incertidumbre, riesgo y biografías de cambio en España”, organizado por el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid (IUDC-UCM) en el CaixaForum de Madrid.
Esteban Sánchez Moreno, director del IUDC-UCM, presentó a José Manuel Pingarrón Carrazón, Secretario General de Universidades, cuya intervención fue proyectada. A partir de las aportaciones del Secretario, tuvo lugar un debate en el que participaron la Rectora de la Universidad Autónoma de Madrid, Amaya Mendikoetxea Pelayo, y la Rectora de la Universitat de València, Mª Vicenta Mestre Escrivá.
José Manuel Pingarrón Carrazón comenzó su intervención señalando que, más que una crisis de legitimidad, la universidad española se enfrenta a una crisis de adaptación al contexto social cambiante. Sin embargo, hay que poner en valor las fortalezas que esta tiene, entre las que destacó que la universidad española es una de las más equitativas del mundo, está adaptada al Espacio Europeo de Educación Superior y es un vector muy importante para la investigación. Pese a ello, es cierto que ha de hacer frente a algunas problemáticas, como la escasa financiación pública en comparación a otros países europeos y una legislación que constriñe la autonomía universitaria.
La Rectora de la Universitat de València hizo un análisis similar de la situación en que se encuentra la universidad pública en este momento, llamando la atención sobre la infrafinanciación estructural y la falta de autonomía. Además, añadió otras cuestiones que la universidad debe atender, como el envejecimiento de las plantillas –que son consecuencia de las bajas tasas de reposición tras la crisis económica de 2008–, la implantación de una formación dual que permita la inserción laboral del estudiantado, el impulso de la difusión y transferencia de los conocimientos generados y la transformación digital y ecológica.
De acuerdo con estas afirmaciones, la Rectora de la Universidad Autónoma de Madrid, también considera que existen otras aspectos a tener en cuenta como la gestión burocrática poco ágil como consecuencia de un Personal de Administración y Servicios (PAS) insuficiente. La Rectora señala que es imprescindible aumentar la plantilla del PAS de las universidades, ya que a pesar de su encomiable dedicación, su número es claramente insuficiente. Es necesario, además, que el PAS pueda acceder a formación de forma ágil y coherente con las necesidades de la institución. De esta forma, las universidades estarán mejor preparadas para la aparición de nuevas entidades investigadoras que son más competitivas porque reciben mayor financiación. Estas entidades acaban atrayendo a jóvenes investigadores que, a pesar de haberse formado en las universidades públicas, no tienen la posibilidad de desempeñar una carrera profesional en las mismas.
Ante esta situación, el Secretario General plantea que la futura Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) puede solucionar algunos de estos problemas. Sin embargo, las Rectoras destacaron que esta ley sigue dejando de lado algunas cuestiones importantes. En primer lugar, la financiación universitaria sigue dependiendo en gran medida de las Comunidades Autónomas, que no establecen partidas de financiación fijas. Para las Rectoras, una posible solución a esta incertidumbre son los planes plurianuales de financiación con una base fija y otra variable que dependa de los resultados. Asimismo, otro de los problemas de la LOSU es que su carácter reglamentista deja poca flexibilidad en los tipos de contrato, lo que resta autonomía a la universidad y perpetúa la larga duración de la carrera académica.
Para concluir, las Rectoras comentaron que, a pesar de estos desafíos, la universidad tiene la función de fomentar la responsabilidad social y formar a ciudadanos críticos y activos. En este sentido, la crisis del COVID-19 puede ser una oportunidad para mostrar que la universidad es un actor relevante, pues juega un importante papel en la constitución de sociedades más humanamente habitables.