10 NOV 2022 - 10:33 CET

Según la definición de la UNESCO, el término “ciencia” designa “la empresa por medio de la cual la humanidad, (…) mediante el estudio objetivo de los fenómenos observados y su validación a través del intercambio de conclusiones y datos y el examen entre pares (…) reúne subsistemas de conocimiento de forma coordinada (…) y con ello se da a sí misma la posibilidad de utilizar, para su propio progreso, la comprensión de los procesos y de los fenómenos que ocurren en la naturaleza y en la sociedad”. Como vemos, ciencia y progreso son términos fuertemente vinculados e incluso inseparables. Sin duda, en nuestra sociedad contemporánea, la ciencia ha llegado a ocupar una posición preponderante, erigiéndose no sólo como el modo privilegiado de acceso al conocimiento, sino también como una importante fuerza para el cambio social. Así, a lo largo de la historia los avances científicos han generado nuevas posibilidades y hallado soluciones para muy diversos desafíos económicos, sociales y medioambientales, generalmente colaborando de este modo en la construcción de un futuro sostenible. La ciencia, además, no entiende de fronteras, y puede por ello suponer un impulso para la cooperación internacional. En el momento actual, con las consecuencias adversas del cambio climático cada vez más presentes y un orden internacional cada vez más definido por la tensión y los conflictos, reivindicar el compromiso y los aportes de la ciencia para la paz y el desarrollo se convierte en una tarea especialmente necesaria y urgente.

Desde el año 2002, Naciones Unidas ha celebrado este Día Internacional cada 10 de noviembre y ha animado a todos los actores internacionales (desde organizaciones interestatales a individuos) a organizar sus propios eventos o actividades para la fecha. Los objetivos de esto son cuatro: fortalecer la concienciación de la sociedad sobre el papel de la ciencia para las sociedades pacíficas y sostenibles, promover la solidaridad nacional e internacional para compartir la ciencia entre países, renovar el compromiso nacional e internacional para el uso de la ciencia en beneficio de las sociedades, y presentar los desafíos que enfrenta la ciencia y fomentar el apoyo a la labor científica. Se trata, en definitiva, de acercar la ciencia a la sociedad y la sociedad a la ciencia, con la confianza de que esto contribuye al desarrollo pacífico de todo el planeta.

Este año, el Día se ha planteado en torno al tema general de las “Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible”. Las denominadas “ciencias básicas” son aquellas que tienen como objetivo principal incrementar nuestro conocimiento sobre la realidad, pero no con el fin de actuar de forma inmediata en ella. El tema escogido, entonces, podría parecer algo contradictorio si no fuera porque estas ciencias básicas en realidad son de una importancia vital para los avances técnicos en medicina, agricultura, industria… Según la UNESCO, tener capacidades en estas ciencias básicas es un interés tanto para los países desarrollados como para los en vías de desarrollo, dado el potencial de sus aplicaciones para fomentar el desarrollo sostenible y elevar los niveles de vida.

Además, como también pretende resaltar este Día Internacional, la ciencia no es sólo una vía hacia el desarrollo o una herramienta de progreso, sino un Derecho Humano en sí mismo. Así, ya en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), la Asamblea General de NN.UU. proclamó, en su artículo 27, que:

“toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.”

Relación con los ODS.

La práctica y la difusión de la ciencia es un aspecto beneficioso para todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030, pues no hay esfera que no pueda ser estudiada ni intervención que no pueda ser optimizada en base a nuevos conocimientos. Sin embargo, probablemente sea el Objetivo de Desarrollo Sostenible 17, relativo a las “alianzas para lograr los objetivos”, el más fundamental en relación con el desarrollo de la ciencia. Pues, en efecto, una mayor coordinación y cooperación a nivel internacional en esta materia habilita un más rápido e inclusivo progreso científico que, a su vez, facilita en gran medida la consecución de muchas de las metas planteadas. Podemos destacar, por su relación con esta cuestión, la meta 17.6, en la que todos los Estados Miembros de Naciones Unidas se comprometieron a:

“mejorar la cooperación regional e internacional Norte-Sur, Sur-Sur y triangular en materia de ciencia, tecnología e innovación y el acceso a estas, y aumentar el intercambio de conocimientos en condiciones mutuamente convenidas, incluso mejorando la coordinación entre los mecanismos existentes, en particular a nivel de las Naciones Unidas, y mediante un mecanismo mundial de facilitación de la tecnología”

Para saber más…

UNESCO, 2021. Recomendación de la UNESCO sobre la Ciencia Abierta. [En línea]
Disponible en: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379949_spa

UNESCO, 2021. UNESCO Science Report. The race against time for smarter development. [En línea]
Disponible en: https://www.unesco.org/reports/science/2021/es/download-the-report

UNESCO, 2022. Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. [En línea]
Disponible en: https://www.unesco.org/es/days/science-peace-development#

Por Pablo González López