magnético y tuvo una especial sensibilidad hacia las aplicaciones biomédicas de los materiales magnéticos. Entre sus múltiples trabajos destacan el esfínter artificial objeto de una patente transferida con éxito a la empresa INDAS y un sensor magnético que permite monitorizar el funcionamiento de prótesis cardiacas biológicas tras su implantación en pacientes, recogido en el libro 200 años de patentes, editado por la Oficina Española de Patentes y Marcas.
Tuvo una habilidad especial para el diseño de experimentos, siendo uno de los más interesantes el realizado en colaboración con biólogos para demostrar la utilidad de las nanopartículas magnéticas en tratamientos de hipertermia contra células tumorales o los realizados utilizando cintas magnetoelásticas para monitorizar la coagulación de la sangre o el ritmo de reproducción de células tumorales o los realizados utilizando cintas magnetoelásticas para monitorizar la coagulación de la sangre o el ritmo de reproducción de células. Para todos estos estudios contó con la financiación de empresas como Red Eléctrica o Mutua Madrileña. Partició también en numerosos proyectos realizados con ADIF dando soluciones ingeniosas a numerosos problemas en el ámbito ferroviario.
Sin ninguna duda podemos afirmar que hemos perdido a uno de los científicos que más ha hecho por la transferencia de tecnología en nuestro país. (Nota enviada por la Dra. Pilar Marín a la RSEF).