TTIP
¿Qué viene después?
El TTIP retrata a Europa frente a los hechos
Muchas variables, un tratado de futuro incierto pero que se sigue negociando porque “hay un mandato” y la presencia de Asia y China como “la bicha” que se mienta fuera de la negociación. El TTIP (con sus compañeros trasatlánticos TISA y CETA) está en el Parlamento Europeo, en los artículos académicos, pero menos en la opinión pública y en los medios. Y mientras se desarrolla nuestro encuentro “TTIP ¿Qué viene después?” a pocos días de firmarse CETA; ese mismo viernes el Consejo de Ministros-en funciones- da vía libre a CETA y un estado en Bélgica no lo aprueba, en España hay manifestaciones en contra del trío de tratados el sábado y los asistentes alemanes a este encuentros complutense recuerdan las protestas vividas recientemente.
“TTIP ¿Qué viene después?” organizado por encuentros complutense y el DAAD ha dado la oportunidad de conocer dos visiones: Alemania y España, el norte y el sur de la UE, en un amplio espectro académico, político y periodístico. Tan amplio como sus derivadas, la primera: “es un tema importante del que se sabe bastante poco”, convenía Carlos Andradas, rector de la Universidad Complutense en la presentación y en el que “en el caso español, no hemos sido capaces de plantearlo con suficiente intensidad”, añade la periodista Soledad Gallego-Díaz. Y en el que también en España, “a pesar de tener un negociador español”, “el debate brilla por su ausencia” –constata Pablo García Blanco, periodista y excorresponsal en Bruselas.
Sin debate nacional
Y mientras se pone el foco en las filtraciones, la transparencia, los documentos… la realidad se impone. “TTIP, TISA y CETA están interrelacionados” nos recuerda el eurodiputado Scholz (GEU-NGL) y están en marcha otros acuerdos con Ucrania, Georgia,… sin que exista “una visión de todos los acuerdos que se están llevando a cabo”, ni en la UE ni en la OMC. El más inmediato, CETA, “se firmará el 18 de octubre y podría entrar en vigor en todos los ámbitos cuya competencia se ha cedido, con independencia de su ratificación” afirma Helmult Scholz. En los próximos días veremos qué repercusión tiene la negativa de un pequeño estado belga en esta firma. Por el momento, España ha aprobado en Consejo de Ministros la firma de este acuerdo con Canadá, a pesar de que muchos piensan como Francisco de la Torre (diputado de Ciudadanos) que “un gobierno en funciones debería pedir apoyo parlamentario”.
Al margen de negociaciones, ratificaciones, etc, estos tratados ponen en juego el libre comercio a las dos orillas del Atlántico, no sólo para los bienes y mercancías, sino también para los servicios públicos (la sanidad, la educación, la investigación). Los riesgos y amenazas para las denominaciones de origen del vino o el aceite son los mismos que, por ejemplo, para la educación superior. “Desde las universidades ha habido dos posicionamientos claros poniendo en cuestión este tratado”, resaltaba Andradas, que solicitaba también “que no se trate como un servicio comercial la educación superior”. Los tratados van a producir cambios como que “se van a difuminar los límites entre lo privado y lo público”, explica el profesor Christoph Scherrer de la Universidad de Kassel y, por ejemplo, en CETA “no se incluyen los derechos humanos como criterio en las compras públicas”.
Pero el libre comercio campa también por la vía de hecho, la necesidad de regularlo alude muchas veces a una globalización que “ha ayudado fundamentalmente a China y cuyos grandes perdedores han sido las clases medias europeas”, explica Miguel Otero (investigador RI Elcano). Otero plantea como “gran pregunta nacional”: “¿qué hacemos con los perdedores?”, y como piedra de toque: “si no somos capaces de llegar a acuerdos con nuestros primos hermanos (EE UU) ¿qué hacemos con China, India,…?”.
Y frente a los hechos: pasividad en España. “Ha habido dos debates de investidura y solo una cita de pasada al TTIP, el tratado más importante que va a suscribir la UE en los próximos 25 años”, alerta Julio González García (profesor UCM), que recuerda también que “no ha habido debate parlamentario sobre CETA”. Soledad Gallego apostillaba “nuestros políticos están muy ocupados con el espectáculo que protagonizan hace meses”. Un debate necesario para un acuerdo, el TTIP, al que “le falta mucha tela que cortar”, asegura Julio González. Entre esa tela, la jurisdicción de los acuerdos de inversiones: “La privatización de la justicia me produce alergia” y es “descorazonador“ decir a los ciudadanos que “nuestro sistema no es lo suficientemente razonable para que un ciudadano de EEUU pueda presentar una demanda ante nuestro Tribunal Supremo”, se lamenta González, que resalta los aspectos discriminatorios de este sistema, su asimetría al proteger al inversor y lo especialmente preocupante del TTIP en lo referente a salud y sanidad.
Tratados sin barreras
Precisamente los políticos/as afrontaron la segunda jornada del encuentro abriendo aún más el abanico. El periodista Pablo García Blanco recordaba que la negociación del TTIP “se ha ido haciendo transparente por la presión de los partidos asociados a la izquierda” y que frente a la ausencia de debate en España, en otros países “más de la mitad de la población está en contra. Hay conservadores y liberales también”. En ese marco de la izquierda, la eurodiputada Paloma López Bermejo (IU) explicaba que “el TTIP no es un acuerdo comercial, es un marco desregulatorio. Se dice que se quiere mantener un cinturón comercial de hierro frente a China, contener a China es una utopía”. López Bermejo descartaba efectos sobre el crecimiento económico y sí advertía, por el contrario, sobre el aumento de la desigualdad y que “si queremos más globalización no hay más democracia”.
Riesgos para la democracia que destacó también Dietmar Köster “los tratados de libre comercio llevan a la recaída en el egoísmo nacional y apartamiento de la UE”, que se deja ver también en las protestas de más de 300.000 personas recientemente en Alemania contra TTIP y CETA. Según el eurodiputado alemán del S&D estos tratados llevan a “más inseguridad y a que se degrade el vínculo del contrato social europeo”. Por otra parte y en paralelo “es urgente regular los mercados financieros internacionales. Hay enormes riesgos que surgen de los bancos”, afirmaba.
Francisco de la Torre (Ciudadanos) aportó el “cómo vemos el TTIP desde el centro europeo”. “Estos acuerdos se pueden hacer pactando con Estados Unidos o dejar que la iniciativa la lleven otros”, asegura de la Torre, que resalta como "el 95% ciento de las intervenciones han sido multinacionales en un acuerdo secreto y el 5% sociedad civil”. Por eso aboga porque aunque no sea “el bálsamo de fierabrás” la eliminación de barreras arancelarias facilita a las PYMES europeas acceder a EEUU y viceversa y porque “si no hacemos nada, el estándar de protección se irá a la baja por los acuerdos con el Pacífico”. Posturas pragmáticas a pesar de que piensa que “el TTIP se ha negociado francamente mal y lo más inteligente es volver a empezar”.
Pero la Comisión no puede interrumpir las negociaciones por sí sola, las lleva “por mandato unánime de todos los países miembros”, nos explica Helmult Scholz, eurodiputado (GEU-NGL) y miembro de Comisión de Comercio Internacional del Parlamento. Por la otra parte, “veremos si Trump o Clinton van a querer seguir con las negociaciones”. Scholz considera que el tratado “no es una conjura contra la UE” pero que hay que pedir a “nuestros gobiernos un proceso activo y democrático en las negociaciones”; citando temas como la falta de respuesta de EEUU a las propuestas europeas en químicos o pesticidas o la dificultad de la protección de datos con empresas como Google o Facebook que ganan dinero con su comercialización, añadiendo además que “no tenemos política fiscal europea”.
Todo esto sin hablar del Brexit, de las formas de aprobación en cada estado miembro, de las listas negativas y positivas (¿qué es más importante: lo que se cita explícitamente o lo qué no en los acuerdos?). Más y más preguntas del “qué viene después” para unos acuerdos complejos que tendrán repercusión en el día a día, en los modelos económico-sociales de los próximos años, tanto si se aprueban como si no y para las que desde los eurodiputados/as se recordó que en la web del Parlamento Europeo están sus correos electrónicos para dirigírselas.
Celia Sánchez13 y 14 de octubre 2016, #TTIPenECIntervienen: Carlos Andradas (Rector de la Universidad Complutense de Madrid), Werner Schaich (Ministro de la Embajada Alemana en España), María A. González Encinar (Vicedecana RRII Facultad CC. Políticas y Sociología UCM), Marc Reznicek (Representante del DAAD en España), José Manuel García Vázquez (Director de Encuentros Complutense) y Isabel P. Fuentes (Directora de CaixaForum Madrid)
13-O TTIP académico
Intervienen: Julio González García (Universidad Complutense), Christoph Scherrer (Universidad Kassel)y Miguel Otero Iglesias (Investigador principal del Real Instituto Elcano)
Modera: Soledad Gallego-Díaz (periodista)
14-O TTIP político
Intervienen: Paloma López Bermejo (Eurodiputada IU),Dietmar Köster (Eurodiputado Grupo S&D), Francisco de la Torre (Diputado Congreso Cs) y Helmut Scholz (Eurodiputado Grupo GEU-NGL)
Modera: Pablo García Blanco (Periodista)