Contemporáneo es un término que encierra un desafío para cualquiera que pretenda analizar un fenómeno, sus implicaciones y su alcance. La contemporaneidad es un espacio expuesto, azotado por los vientos de la incertidumbre. Frente a la seguridad de los hechos pasados, asentados bajo el peso del tiempo, a los que se  puede regresar siempre que sea preciso, el analista de lo contemporáneo es un explorador enfrentado a la ardua tarea de trazar su propio mapa.

Si algo parece evidente es que la fotografía se ha convertido, por la vía de la digitalización y de los teléfonos inteligentes, en un fenómeno social cuya magnitud desborda toda previsión y desafía permanentemente nuestra capacidad de asombro. La fotografía siempre ha tenido vocación de ubicuidad, pero esa ubicuidad solía estar vinculada a lo excepcional, ya fuera a lo terrible, a lo bello o a las expresiones a veces deslumbrantes de lo cotidiano. En la actualidad esa ubicuidad es absoluta y ha aniquilado los límites de lo excepcional invadiendo cada centímetro, cada minuto y  cada acción de nuestras vidas en una celebración de lo intrascendente que fascina a unos tanto como repugna a otros. El debate está servido y su resolución no parece ni cierta ni cercana.

Pocas veces lo contemporáneo ha sido tan proceloso como lo es ahora cuando nos planteamos abordar el hecho fotográfico, pero en CONFOCO vamos a intentar ofrecer claves, un mosaico de reflexiones de la mano de expertos de larga carrera y de miradas noveles que buscan su propio camino en este agitado paisaje. Un desafío, una rara ocasión, una pequeña aventura en la que os invitamos a participar… Click.