IX. En que se trata de la imagen del Santo Christo del Panteón y de la Venida de Moreli a España.
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IX. En que se trata de la imagen del Santo Christo del Panteón y de la Venida de Moreli a España.
El año de 1659 llegó a España la imagen del Cristo Crucificado de bronce y dorado que mandó hacer en Roma de orden del Rey el Duque de Terranova para la Capilla Real del Panteón, entierro de los Católicos Monarcas de España. Fue su artífice un sobrino de Julian Fineli (alievo, o discípulo de Algardi) que, siendo mozo, mostró en esta obra más de lo que se esperaba. Trajéronlo a palacio por el mes de noviembre, y fue visto de Su Majestad en la pieza ochavada, y luego mandó a Diego Velazquez diese orden de llevarlo a San Lorenzo el Real, y que fuese también allá para ver la forma que se había de tener en su colocación. Hízolo como su Majestad lo mandaba.
En este año vino de París a Valencia Juan Bautista Moreli, natural de Roma, famoso estatuario, discípulo de Algardi, con el motivo de haberle sucedido en Francia no sé qué contratiempo, el cual le hizo forzosa la fuga, habiendo sido allá escultor muy estimado del Rey Cristianísimo y habiendo labrado maravillosas cosas de barro, en figuras redondas y de bajo relieve, como se ve en las historias que labró en Valde-Christo (uno de los Monasterios de la Santa Cartuja en aquel reino) y en otras cosas que yo he visto en Valencia en casa de Don Juan Pertusa (Caballero del Orden de Montesa, de las más Ilustres Casas de aquella ciudad) y en otras partes, con tal excelencia que parece le infundió Tintoreto su espíritu y viveza. Determinó de enviarle a Don Diego Velazquez alguna obra de su mano, como a protector de esta arte y en quien siempre los profesores de todas hallaron la debida estimación y amparo, como se experimentó en muchas ocasiones, de que pudiera hacer larga mención. Y así, envióle una carta y, con ella, unos niños alados con las insignias de la Pasión de Cristo de medio relieve. Lo cual, visto por Don Diego Velazquez y Juan Bautista del Mazo, su yerno, pintor de su Majestad (que le sucedió en la plaza de Pintor de Cámara), tuviéronlo por cosa superior y digna de la vista de Su Majestad, a quien se los manifestaron con grande aprobación y complacencia del Rey, y así se colocaron en Palacio, puestos en sus marcos; y de Su Majestad (por mano de Velazquez) fueron remunerados. Después, habiendo visto cuán bien habían parecido, envió Moreli otros barros y un Cristo difunto de todo relieve, grande, y con algunos ángeles que le tienen llorando con mucha propiedad; un San Juan Bautista; Niño Jesús dormido; un San Phelipe Neri de medio cuerpo, y de todo relieve, como las antecedentes.
Deseó Velazquez ver a Moreli y traerlo a Palacio para que hiciese algunas obras; y habiéndole escrito en esta conformidad, no puedo venir a Madrid hasta el año de 1661 con el sentimiento de haberle faltado ya Velazquez. Trajo un buen número de estatuas pe[348]queñas de los Dioses, observando en cada una aquellas partes en que fueron los griegos únicos, que es el semblante y acción vivísima conforme al sujeto que representa. Si es Orpheo tocando su cítara, explica lo sonoro del canto un chiquillo dormido a la dulce melodía de su acento. Cibeles, con una corona de torres en sus sienes (que así la pintaban los antiguos), representa su grandeza, porque los poetas fingieron que esta fue la madre de todos los Dioses. En Mercurio, como Dios de la Paz, la quietud de ánimo. En Marte, el furor. En Jupiter, el poder. Y asimismo expresada en todas las demás, como Neptuno, Vulcano, Saturno y otros que todas son dignas de grande aprecio y estimación. Estas estatuas se colocaron en Palacio, en una estancia de las bóvedas del Jardín de la Reina.
Mandóle Su Majestad a Moreli labrase una figura del natural del Dios Apolo desnudo solo con una banda que le honestase y, al lado derecho, un niño bellísimo que le tiene la lira; porque los antiguos le atribuyeron la música. Bajaba Su Majestad frecuentemente a verle modelar y esculpir, y concluida esta figura, se puso en un jardín. Hizo otra estatua de barro de una Musa con un chicuelo al lado que le tiene el instrumento músico; ésta se pudo en un nicho de la escalera secreta del cuarto del Rey. Hizo el modelo de los mascarones de bronce dorados que están en la fuente que se labró el año de 1662 en Aranjuez, con muchos caños de agua y adornada de muchas estatuas de mármol. Y habiendo comenzado unos adornos de estuco en algunas piezas de aquel palacio, se quedaron sin acabar por muerte del Señor Phelipe Quarto y también por estar mal asistido de medios. Y Moreli se volvió a Valencia con ánimo de venir después a concluirlos, como con efecto vino; y preocupándole la muerte en Madrid, se quedaron así. Fue superior, especialmente en el labrar o modelar de barro.
El Santísimo Christo del Panteon del Escorial
Julian Fineli, gran de escultor.
Moreli vino a España.
Correspondencia que tuvo Moreli con Velazquez desde Valencia.
Deseó Velazquez ver a Moreli.
Vino Moreli a Madrid, cuando ya había muerto Velazquez.
Diferentes estatuas de Moreli.
Bajaba frecuentemente el Rey a ver trabajar a Moreli.
Obras de Moreli sin acabar en Aranjuez.
Muerte de Moreli.