Grupos de investigación

Otros mundos

Aunque parezca un tema contemporáneo, la reflexión acerca de la existencia de otros mundos habitados se remonta a la Antigüedad. Como en tantas áreas del conocimiento, la argumentación de Aristóteles, que negaba esta posibilidad, tuvo una gran influencia y fue asimilada por los principales pensadores. A partir del siglo XIII algunos postulados aristotélicos empezaron a ser cuestionados ya que negaban la creación del mundo y limitaban la acción divina, lo que favoreció que este debate se enriqueciera con enfoques más optimistas. La transformación que experimentó nuestra visión del cosmos a partir del siglo XVI y especialmente durante el XVII, estimuló las ideas a favor de la pluralidad de mundos, siendo numerosos los estudiosos que a partir de entonces la defendieron y reflexionaron sobre cómo serían sus habitantes, sus costumbres, el clima y las ciudades de aquellos lugares lejanos.

 

ARISTÓTELES,384-322 a.C 

AVERROES, 1126-1198

De celo et mundo: subnexis eius duobus illis [...]

Venundantur Lugduni: Apud Scipionem de Gabiano, 1529 

BH FLL 25071(1)

Aristóteles (384-322 a.C) defendió un universo eterno, finito e inmutable donde no había lugar para otros mundos. Aunque sus ideas pervivieron durante más de mil años, a partir del siglo XIII este debate se enriqueció con posturas más diversas, en buena medida por considerar que aquella negación equivalía a limitar el poder de Dios.

 

RENÉ DESCARTES, 1596-1650

Oeuvres de Descartes. Tome 11, Le monde; Description du corps humain; Passions de L'ame; Anatomica; Varia

Paris: Léopold Cerf, 1909 [1644]

BH JM 632

La avalancha de descubrimientos astronómicos que se sucedieron a lo largo del siglo XVII llevó a imaginar un nuevo universo. Descartes concibió un cosmos estructurado en una red de vórtices entrelazados que explicaban el movimiento de los planetas. Sus ideas estimularon el debate acerca de la existencia de otros mundos habitados.

 

BERNARD LE BOUYER  DE FONTENELLE, 1657-1757

[...] Les entretiens sur la pluralité des mondes [...]

A Londres: aux depens de Paul & Isaak Vaillant, Marchand Libraires, 1710-1711

BH FLL 36267(2) 

Bernard le Bouvier de Fontenelle publicó en 1686 esta obra que con humor y sentido crítico presentaba las recientes teorías sobre el cosmos  y reflexionaba acerca de la posible existencia de vida en otros lugares del universo. El éxito fue tal que la obra tuvo hasta treinta y tres ediciones aún en vida del autor. 

 

CAMILLE FLAMMARION, 1842-1925 

La pluralité des mondes habités: étude ou l'on expose les conditions d'habitalité des terres célestes discutées au point de vue de l'astronomie, de la physiologie et de la philosophie naturelle 

Paris: Didier et Cie., libraires-éditeurs: Gautier-Villars, imp.-lib. de l'Observatoire, 1867

BH FLL 41837 

Camille Flammarion publicó esta obra por primera vez en 1862 con 20 años. Su influencia en el debate acerca de la pluralidad de mundos fue enorme. El joven autor defendía que los otros planetas eran habitables como la Tierra y que ésta no tenía ninguna preeminencia marcada sobre los demás.   

 

CHRISTIAAN HUYGENS, 1629-1695

The Celestial Worlds discover'd, or, Conjectures concerning the inhabitants, plants and productions of the worlds in the planets

London : Printed for Timothy Childe ..., 1698

BH FG 597 

Esta obra se considera a menudo el primer tratado que conjetura la vida extraterrestre desde un punto de vista científico. Su autor, el astrónomo Christiaan Huygens (también descubridor del anillo de Saturno) estaba convencido de que en otros planetas existía vida similar a la de la Tierra. 

 

ANDRÉ PEZZANI, 1818-1877

La pluralité des existences de l’âme, conforme à la doctrine de la pluralité des Mondes

Paris: Didier et Cie., 1866

BH FLL 42908 

Hubo autores, como Pezzani, que mezclaron las ideas pluralistas con la doctrina de la metempsicosis. Tras la muerte, las almas transmigrarían y ascenderían a los astros en busca de la perfección. De este modo, los planetas estarían habitados por nuestras almas inmortales. El libro tuvo cierto éxito y en 1872 se imprimió la sexta edición.