"Nuestro sistema educativo deja de lado la ciencia desde muy pronto y es un flaco favor a la sociedad"
Cuando era niño, Francisco Espejo apenas tuvo referentes en el mundo científico que resolviesen sus dudas como qué salidas tiene ese trabajo en los diferentes campos científicos. Gracias a esa carencia y consciente de que las vocaciones científicas en los más jóvenes también tienen esas necesidades, se propuso que la divulgación sería uno de los aspectos que trabajaría en su futuro. Por eso, en abril se animó a participar en la iniciativa Somos Científicos, en la que chicos y chicas de instituto ponen a prueba a científicos, preguntando y valorando sus explicaciones, y en la que ha resultado ganador de su grupo.
Francisco Espejo fue uno de los ganadores de Somos Científicos de abril. / F. Espejo.
MARÍA MILÁN | “La educación científica de los jóvenes es al menos tan importante, quizá incluso más, que la propia investigación”, dijo el Nobel de Química Glenn T. Seaborg.
Con el objetivo de crear puentes entre el mundo científico y los adolescentes, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) organiza “Somos Científicos, sácanos de aquí”, una iniciativa en la que, durante dos semanas, chicos y chicas de instituto escriben sus dudas sobre ciencia en un chat y son resueltas por investigadores de diferentes campos. Después, los estudiantes los evalúan y finalmente eligen un ganador de cada “zona” o grupo en el que se distribuyen estos profesores virtuales.
Francisco Espejo, investigador de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), reconoce que entró en esta iniciativa sin imaginarse cuánto le engancharía, y mucho menos que resultaría ganador de su grupo, la “Zona Azufre”.
“Recuerdo estar en el instituto y tener las dudas de si elegir o no una carrera de ciencias. Ser yo ahora el que esté resolviéndoselas a los chicos, animándoles a que sean futuros científicos y a que la ciencia está en todas partes, es reconfortante”, reconoce el investigador.
Más allá de la imagen de “científico loco”
Durante las dos semanas del concurso, alumnos procedentes de más de ochenta institutos de España y cuatro de Latinoamérica “bombardearon” a los treinta científicos y científicas distribuidos en diferentes zonas según la tabla periódica. Fran recuerda que las preguntas abarcaron desde cuestiones generales de la ciencia hasta su tema en particular, los cannabinoides, pasando por preguntas personales y hasta sus opiniones políticas o sociales.
Imagen de un aula en la que se realizó la actividad. / Somos Científicos.
“A los jóvenes les queda muy lejana la vida de un científico, por eso se extrañan de que puedan ser gente normal que haga deporte o se tome una caña después del trabajo”, bromea.
Los adolescentes tienden a imaginarse a los profesionales de la ciencia como tipos (pocas veces tipas, por la brecha de género) encerrados en laboratorios, “frikis” y sin vida más allá de su estudio. “Tienen muy arraigados los tópicos de la televisión porque es la única fuente que tienen para conocer la vida de los investigadores”, justifica el ganador.
Recién defendida su tesis sobre la relevancia del receptor cannabinoide CB2 en la esclerosis lateral amiotrófica, el joven reivindica un hueco para este tipo de actividades de divulgación científica. Sin dudarlo, recomendaría a investigadores en su situación apuntarse a Somos Científicos.
“Nuestro sistema educativo deja de lado la ciencia desde muy pronto. Es un flaco favor a la propia sociedad, aunque a día de hoy está mejorando la conexión estudiantes con científicos”. Artífices de parte de esa mejora, según Fran, son las redes sociales. “Hasta un retweet de una noticia suma en divulgación”, añade.
Los 500 euros del premio tienen un fin divulgativo: serán cedidos a la Sociedad Española de Investigación sobre Cannabinoides (SEIC) para la elaboración de un vídeo explicativo sobre la funcionalidad del sistema endocannabinoide, la Cannabis sativa, etc.
“La carencia de información en la juventud y en la población en general sobre este tema, acarrea que se extiendan bulos y miedos sobre los cannabinoides que pueden ser sencillamente explicados”, insiste el investigador de la UCM.
Iniciativas como “Somos Científicos” e investigadores como Fran suman su granito de arena a un objetivo que cada día avanza: el de una sociedad más culta y preparada científicamente.
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
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