“Hemos situado a Hispania en el mapa comercial del Imperio romano”

Hasta ahora se pensaba que el papel del océano Atlántico y del mar Cantábrico en la época romana era bastante secundario. Sin embargo, el descubrimiento de infraestructuras portuarias y materiales desenterrados en las costas españolas, francesas y británicas revela que la ruta atlántica gozó de gran actividad comercial y estratégica, sobre todo en Hispania. Ángel Morillo, profesor de la Universidad Complutense de Madrid y uno de los investigadores del hallazgo, explica el valor de este giro en la historia hispanorromana. 

Descargar en PDF Descargar noticia en PDF

 

El Cantábrico fue ruta comercial desde el siglo I. / Fernández Ochoa y Morillo.
El Cantábrico fue ruta comercial desde el siglo I. / Fernández Ochoa y Morillo.

MARÍA MILÁN | “Entre los historiadores, la navegación en el Cantábrico y en el Atlántico en época romana siempre ha sido un tema tabú. Hasta hace veinte años se afirmaba que eran aguas difíciles por las que no se navegaba”, recuerda Ángel Morillo, investigador del departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas y de Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

Este especialista en arqueología hispanorromana y militar ha analizado en un artículo publicado en la revista Oxford Journal of Archaeology el origen y la evolución de la ruta atlántica integrada en la estructura política y comercial del Imperio romano (27 a. C. - 476 d. C.).

Al contrario de lo que se pensaba hasta ahora, los investigadores han averiguado que el Atlántico se utilizó como vía de navegación. “A través de los puertos y de los elementos que aparecen en la costa hemos descubierto que la ruta atlántica fue igual de navegada, en algunas zonas tanto como la ruta mediterránea”, apunta el historiador.

En el estudio también se pone de manifiesto el papel destacado de la península ibérica. “Hemos conseguido colocar a Hispania en el mapa del Imperio y darle la importancia que tuvo como lugar de paso para la navegación romana”, asegura. En concreto, Morillo destaca las costas occidentales y septentrionales de la península.

A pesar de que su lejanía del Mediterráneo colocaba a esta vía en un segundo plano para los romanos, en realidad fue una ruta estratégica y comercial importante, según revela la investigación.

Vestigios de puertos de madera

Restos del puerto de Oiasso (Irún). / Fundación Arkeolan.
Restos del puerto de Oiasso (Irún). / Fundación Arkeolan.

Coincidiendo con la conquista de Britania, el siglo I fue clave en la expansión de este itinerario, que fue abriéndose y utilizándose por tramos. Según el arqueólogo, en aquella época los romanos desembarcaban en Gran Bretaña por dos vías: utilizando las rutas interiores, por los ríos Ródano, Garona, Loira, Sena o Rhin y después cruzando el Canal de la Mancha; o la ruta atlántica, bordeando la península e incorporando, a mediados de siglo, la navegación por el mar Cantábrico, el tramo más difícil.

El papel de esta travesía ha conseguido salir a la luz gracias a los descubrimientos obtenidos con las últimas técnicas arqueológicas. Así, se han encontrado restos de doble naturaleza que dan un giro a la historia hispanorrománica: por un lado, infraestructuras portuarias y, por otro, materiales de contenedores de productos y materias primas que viajaban a bordo de los navíos.

Aunque las condiciones meteorológicas del Atlántico –con fuertes mareas, tormentas, olas y vientos– no hacían fácil su navegación, esto no impidió que el océano se erigiera como una de las rutas del Imperio.

Desde Cádiz hasta el País Vasco, pasando por la costa portuguesa, han aparecido vestigios de puertos de madera que han sobrevivido al paso de los siglos. Los de Gades (Cádiz), Olissipo (Lisboa), Brigantium (A Coruña), Portus Victoriae (Santander) y Oiasso (Irún) fueron los principales puertos de la península desde donde partían las embarcaciones que surcaban el Atlántico.

Las bahías y los estuarios de los ríos eran los emplazamientos elegidos para construir cargaderos, muelles y puertos, ya que “se aprovechaba el caudal de la desembocadura fluvial para reducir la fuerza y altura de las mareas”, justifica Morillo, exactamente como en la actualidad.

Vino ibérico en Britania

Ángel Morillo, en su despacho. / UCM.
Ángel Morillo, en su despacho. / UCM.

En las costas francesas y británicas a las que llegaban los navíos procedentes de Hispania se han encontrado restos de materiales (cerámicos, en su mayoría) que formaron parte de recipientes y vajillas.

Cereales, salazones, conservas de pescado, aceite y hasta vino de la península cumplían una doble función: alimentar a los soldados romanos dentro y fuera de los barcos y abastecer a la población gala, germánica y británica. “Hispania cumplía un papel de suministro de productos básicos alimenticios”, recuerda el arqueólogo de la UCM.

A través de técnicas como la cromatografía de gases, la prueba del carbono 14 o los métodos analíticos de excavación, los investigadores han sido capaces de descifrar el contenido de los recipientes, analizando residuos y otros restos como espinas que aún se conservan. Además, han conseguido desenterrar infraestructura portuaria de madera sin que esta se deshaga.

Sin embargo, con alimentos más difíciles de conservar, como el cereal, la cosa se complica. “Ahora mismo los retos más importantes en este campo son ver lo que no se ve, los materiales y productos perecederos”, reconoce Morillo, y añade que los avances en los últimos años han sido posibles gracias a la aplicación de métodos analíticos físicos y químicos.

“En este trabajo es muy importante la pluridisciplinariedad. Nosotros aplicamos el conocimiento de estas ciencias para reconstruir cómo era la alimentación, la economía y las costumbres antiguas. Así tenemos imágenes vivas de ese pasado romano”, concluye el investigador. 

 

Referencia bibliográfica: Ángel Morillo, Carmen Fernández Ochoa y Javier Salido Domínguez. “Hispania and the Atlantic route in Roman Times: new approaches to ports and trade”. Oxford Journal of Archaeology. Vol. 35 (3), 2016. DOI: 10.1111/ojoa.12089.


  
Unidad de Información Científica y Divulgación
Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI)
Universidad Complutense de Madrid
uccucm@ucm.es
Tlf.: 91.394.6369
 Facebook OTRI      Twitter OTRI-UCM